TESTIMONIO DE MÓNICA, DONANTE DE MÉDULA

SEMANA DEDICADA A AGRADECER A NUESTROS DONANTES

«Deseaba con todas mis fuerzas ser compatible con mi hermana»

Recuerdo como si fuera ayer aquella mañana de junio de 2007, en la que mi vida y la de toda la familia cambió, sobre todo la de mi única hermana. Llevaba semanas encontrándose mal, muy cansada, cada vez más y apenas podía comer, el médico de cabecera no le daba importancia, pero mis padres decidieron llevarla a urgencias del hospital, donde con un simple análisis, el diagnóstico cayó encima de nosotros, como un gran jarro de agua fría. LEUCEMIA, palabra que apenas sabía lo que significaba, pero cuyo nombre asustaba y mucho. Pronto supimos los apellidos que tenía esta enfermedad y como que empezar a luchar contra ella sin perder tiempo, pues llegábamos muy justitos. Desde el principio y con solo 18 añitos, mi hermana demostró tener un coraje y una fuerza fuera de lo normal para hacer frente a esto. Nosotros estuvimos allí siempre apoyándola, siempre con ella, pero lo curioso es que muchas veces era ella la que nos animaba y levantaba.

Por suerte y a pesar de llegar muy malita, el tratamiento comenzó a funcionar, su cuerpo respondía bien y comenzamos a ver la luz. Fueron meses muy duros pero llegó el gran momento en el que nos dijeron que estaba limpia, ¡no había rastro de enfermedad! Poco después nos dijeron que había un “pero”. Mi hermana era muy joven y los médicos aconsejaron hacer un trasplante de médula para conseguir mejores garantías de que la enfermedad no volviera.

Aunque a mis padres también les hicieron pruebas de compatibilidad, todos los ojos y esperanzas estaban depositadas en mí, una joven de solo 23 años que había madurado de golpe y porrazo. La probabilidad de tener un hermano compatible es solo de un 25%, así que ahí estaba yo deseando con todas mis fuerzas ser compatible y poder ayudar a mi hermana a seguir adelante. Por fin legaron las buenas noticias, éramos 100% compatibles, ¡maravillosamente idénticas!. Me dijeron que en nuestro caso la donación se realizaría mediante aféresis y me colocaron un catéter central para poder hacerlo ya que mis venas no eran lo suficientemente fuertes para aguantar este proceso, que dura unas 4-5 horas. Así que ahí estaba yo un 14 de febrero, pasando san Valentín conectada a una máquina.

He de decir que aunque iba con miedo, todo fue perfecto, sobre todo el trato tanto de médicos como de los enfermeros que estuvieron conmigo mientras duró el proceso. Un mes después, llegó el gran día en el que mi médula iba a llegar a mi hermana. Fue un día muy intenso y difícil, pero todo salió bien y en poco menos de un mes mi hermana salió de la cámara de aislamiento donde le realizaron el trasplante y poco después pudo volver a casa.

Desde entonces han pasado muchas cosas, pero sobre todo muchos años y con satisfacción y alegría puede decir que aquí tengo a mi hermana, con 32 añazos, disfrutando de su sobrino, de su familia, de sus amigos, DE LA VIDA.

Para concluir quiero animaros a todos a informaros y haceros donantes de médula. Es muy difícil encontrar familiares compatibles y en muchas ocasiones hay que acudir al REDMO (registro de donantes de médula ósea) para poder tener la oportunidad de comenzar una nueva vida. Es un proceso muy sencillo, tan solo una extracción de sangre de la que guardan una muestra para ver posibles futuras compatibilidades. Un simple gesto con el que podéis salvar una vida, ¿hay algo mejor?. Para mí, es una de las cosas más importantes y bonitas que he podido hacer en la vida. Por favor, no os quedéis con la duda de saber qué podéis sentir al hacerlo. Gracias a todos por leer mi historia.

Mónica Ferrer.

MUCHAS GRACIAS MONICA. TE QUEREMOS!!!

ASOCIACIÓN DONA MÉDULA ARAGÓN
#donavidadonaesperanza