Testimonio Nacho Torrubia
Hoy quiero compartir con todos vosotros una pequeña parte de mi vida, en algún sitio leí que “la vida es lo que te pasa, mientras tú tienes otros planes” Y así fue, nunca pensé que con 35 años me diagnosticaran una enfermedad de pronostico difícil, como dicen los hematólogos, yo no tenía esos planes, como casi todo el mundo piensa que no te va a pasar a ti, piensas que le va a pasar a otros, al vecino.
Era marzo de 1997, siempre he participado activamente en las celebración de la semana Santa, ese año tenía la responsabilidad de organizar las procesiones de mi cofradía, estaba muy cansado, venía arrastrando una gripe (o eso creía) desde hacía muchos días, con malestar general, algo fiebre, … y en el mes anterior, febrero la multinacional para la que trabajaba me había invitado a reorientar mi carrera profesional, después de casi seis años visitando laboratorios de los hospitales de mi zona, se juntaba todo, el despido, la gripe, la Semana Santa,
Ese Jueves Santo yo participe como responsable del desfile procesional, y al punto de comenzar a las nueve de la noche me tome un gamo de paracetamol tenía casi 39 de fiebre y termine al filo de las dos y media de la madrugada, totalmente exhausto, sin fuerzas, pálido, el viernes no tuve fuerzas para ir a la procesión, era la primera vez que fallaba en más de veinte años, continuaba con un gran malestar, fiebre, y muy, muy, cansado, el sábado la fiebre persistía y empezaron a manifestarse algunos síntomas, unas manchas como de gotitas de sangre a flor de piel por todas las extremidades, sangrado por las encías, la debilidad era total y tome la decisión de acudir a urgencias…
Ingresaba en el hospital Miguel Servet a la hora de la vigilia pascual casi entre el sábado y el domingo día 30 de marzo, al ingresar en el Servet, la hematóloga y la residente que estaban de guardia me conocían y rápidamente repitieron toda la analítica, y me dijeron que me habían pedido una punción de médula urgente, “que el nombre ya lo sabían y faltaban los apellidos”, si quería saber más, a lo cual yo conteste más o menos.
” Que no me hacía falta saber más, sé que estoy en buenas manos, y vamos para adelante”
El lunes me hicieron la punción, ya estaba en planta, mi primer compañero de habitación se llamaba Rubén, un joven muy agradable de apenas veinte años, cuando llego mi madre a la habitación hizo la típica pregunta ¿Llevan muchos días ingresados? Y la madre de Rubén contesto algo así como 47, a mi madre y a mí, se nos cayo la moral al suelo, Rubén mejoro momentáneamente, pero al cabo de los meses se quedo en el camino de la recuperación…. no pudo superar la enfermedad, el martes confirman el diagnostico, Leucemia…, y parece que todo se te viene encima, como decía alguien que no recuerdo “Es como si cuando te sabes las respuestas, va la vida y te cambia todas las preguntas”…
Empezaron con el tratamiento de quimio, muy agresivo, y le dije a una de mis hermanas (con el primer vomito) “empieza el baile” …. y entras en esa fase de preguntas ¿Por qué yo? ¿Por qué ahora? Si yo soy bueno…
Rápidamente comprendí que tenía que luchar, que gran parte del éxito, era tema mío, y en aquel momento no fui consciente pero hoy estoy totalmente seguro que mi hijo Daniel, entonces tenía 5 años, fue mi fuerza…., fue el clavo donde me agarre, egoístamente yo quería verlo crecer, darle una educación, jugar con él,… y hoy puedo decir que es una realidad, he jugado con él, le echado la bronca, le he ayudado a crecer, y solo le queda un año para terminar su carrera, y todo esto gracias a … Dios, a la medicina, a los médicos, y a los donantes solidarios y altruistas que donaron su sangre y sus plaquetas para que yo, hoy pueda estar aquí compartiendo esta historia con vosotros….,
Desde el momento que se conoció la noticia de mi leucemia, una buena amiga la Dra. Molina, organizo grupos de donantes voluntarios, ella sabía que seguramente iba a necesitar mucha sangre y así fue, recibí componentes sanguíneos de más de cuatrocientas donaciones… durante todo el proceso, hasta entonces creía que la sangre es la fuente de la vida, ahora no solo lo creo, si no que lo sé de verdad por propia experiencia, sin esas trasfusiones de vida, seguramente, yo no estaría aquí…
Pasaron los mese y llego la hora de la verdad, les hicieron la prueba de compatibilidad a mis dos hermanas, y ninguna de las dos era suficientemente compatible como para arriesgarse al trasplante, al final decidimos junto al Dr. Enric Carreras, en el “Clinic de Barcelona”, realizarme un trasplante autólogo, ingrese en el puente de la Inmaculada y pase todas las navidades en la burbuja de aislamiento, hasta la tarde noche de Reyes que me dieron el “alta”
Desde aquel 30 de marzo del 97 hasta hoy, diciembre de 2014, mi vida ha dado un cambio muy importante, han cambiado mis valores, he cambiado la manera de ver las pequeñas cosas,… muchas veces pensamos en hacer algo grande, muy grande y no nos damos cuenta, de que, lo que realmente merece la pena son las pequeñas cosas…. Todos podemos ser “Donantes o Receptores” y por eso de verdad creedme, merece la pena hacerse donante, un pequeño acto, que….. “Te puede cambiar la vida” …..
«NO HAY MANERA MAS BONITA DE SENTIRSE VIVO, QUE DEVOLVERLE LA ESPERANZA DE SEGUIR VIVIENDO A OTRA PERSONA»
Diciembre de 2014
Si quieres puedes dejarme un mensaje en: jositorrubia@donamedula.org
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